Relax, vacaciones con todo bajo control

 

Julio es un mes de reuniones de cierre de semestre, durante todo el año nuestras empresas clientes han trabajado su cierre mensual, implementado las mejoras necesarias y en julio podemos empezar a ver ya como irá el año.

Empezamos la primera semana con los más madrugadores, los que necesitan ver cuanto antes como han ido las cosas durante el último mes, reconozco que yo como usuaria de Smart Accounting, soy la primera que quiero ver mi cuenta analítica.

¿Qué documentación analizamos en la reunión de cierre?

La documentación básica que solemos analizar en las empresas cada mes es sencilla:

  1. Cuenta de Pérdidas y Ganancias
  2. Análisis de desviaciones con Presupuesto
  3. Estimación de cierre de año (Forecast)
  4. Previsión de tesorería a corto – medio plazo
  5. Análisis de antigüedad de saldos de clientes (ageing list)
  6. Cuenta de resultados analítica, por proyectos, clientes o puntos de venta
  7. Balance de situación

Puede haber diferentes variaciones según la empresa, el sector o el tipo de negocio y podemos así incluir otros indicadores de gestión que añadan información clave para la toma de decisiones en función de los objetivos de cada organización.

En cualquier caso revisamos cada mes cómo ha funcionado el negocio, cual ha sido la evolución respecto de presupuesto, analizamos las desviaciones y proponemos las  medidas correctoras necesarias que permiten cambiar la tendencia y mantener la rentabilidad.

A través del uso del Forecast visualizamos las cifras de cierre del año a través de la composición que la realidad, el presupuesto y las nuevas informaciones nos ofrecen, así empezamos a vislumbrar cómo puede ir este ejercicio y estamos a tiempo para tomar medidas correctoras si es necesario.

Dedicamos un poco de tiempo, realmente poco si todo es positivo, a la situación de la tesorería, en un mes como julio nos gusta ver que la tesorería es suficiente hasta llegar a octubre y que las posibles incidencias por el periodo veraniego están bien solucionadas. Si detectamos alguna posible tensión, tomamos las medidas de financiación necesarias para que todos podamos irnos de vacaciones tranquilos.

Siempre conviene dedicar un tiempo a analizar cómo cobramos de los clientes, ya que son la mejor financiación que existe y un buen listado de antigüedad de saldos de clientes nos ayudará a ver cómo tenemos el cobro global.

El análisis más detallado de la rentabilidad por proyectos, clientes o puntos de venta nos ayuda a adoptar medidas en muchos casos comerciales, aunque también de racionalización de costes.

Intentamos dedicar un tiempo a la reflexión sobre las masas del balance para asegurar que se mantiene un buen equilibrio financiero y siempre surge algún concepto que va bien comentar juntos.

Las reuniones de cierre mensuales son vitales para una gestión óptima del negocio y el mejor foro para renovar los objetivos estratégicos mes a mes.

Las reuniones de julio son especiales, un buen cierre de semestre, con confirmación de resultados esperados y tranquilidad en tesorería son la antesala de unas merecidas vacaciones, son sesiones alegres donde todo el mundo está feliz y vislumbra los días al aire libre, de sol, playa, montaña o viajes. Incluso cuando las perspectivas no han sido las esperadas, la tranquilidad de conocer bien la situación y disponer de seis meses para redirigir la actividad suele infundir confianza en las propias capacidades.

Pero no todo son plácidas reuniones de cierre dentro de un sistema de gestión económica inteligente, también nos llegan por primera vez empresas que ni siquiera disponen todavía de un cierre definitivo del año anterior, que han visto escasos números del año en curso y que no tienen presupuesto, previsión de tesorería, ni previsión de cierre. Suelen acumular incertidumbre y estar muy cansados por los efectos de la falta de información completa, fiable y a tiempo.

En esos casos nos toca aplicar medidas de urgencia que permitan reconducir la incertidumbre y estabilizar la situación para que puedan disfrutar cuanto antes de los datos básicos para tomar decisiones de negocio. Eso suele llevarnos entre 8 y 12 semanas, solemos actuar tan rápido como podemos porque la información fiable es imprescindible para tomar decisiones correctas, y saber que nuestras decisiones son las óptimas es imprescindible para concedernos un periodo de relax.

¿Y tú, eres de los que asistes a plácidas reuniones de cierre pensando en las vacaciones o de los que sufre la falta de información?

 

Argelia García

Socia EFM

@argeliagarciaf

Autora de Tres Preguntas para una Gestión Económica Inteligente   

Dirección Financiera Externa para una gestión económica inteligente

 

CFO, mi Director Financiero Externo

CFO

 

Muchas veces nos preguntan ¿pero qué puede hacer un director financiero por mi empresa?

1.Conseguir financiación 

Esta tarea está en la mente de todos. Pero hay muchas maneras de obtener  recursos, unas son para salir del paso y otras para financiar proyectos razonables a medio y largo plazo. Gestionar empresas con un crecimiento sostenido y sólido requiere algo más que conseguir financiación, necesita alguien que se ocupe de que siempre tengamos los recursos necesarios para seguir creciendo.

2. Dirigir nuestro equipo contable

Normalmente  en una pequeña empresa existe un CEO que dispone de un pequeño equipo contable,  muy eficiente con la administración diaria de la compañía, pero que no es experto en control de gestión, es decir, en facilitar a dirección información clave sobre la marcha del negocio, eso genera una cierta insatisfacción en gerencia que necesita datos que le cuesta definir, y a la vez observa como el equipo de administración está desbordado de trabajo.

3. Establecer procedimientos

Vender, comprar, los bancos, el inventario, toda la administración de la compañía es clave para asegurar que los resultados de la gestión son satisfactorios. Para evitar impagados, hay que tener un buen circuito de venta que controle el límite de riesgo de clientes y asegure el cobro, antes de admitir el pedido. Asegurarnos que sólo se compra o contrata lo que está autorizado por dirección es imprescindible para controlar los gastos y poder llevar un buena gestión de tesorería. Optimizar el stock nos evitará acumular mercancía no apta para la venta. En general hacer las cosas bien es mejor que hacerlas mal, y para conseguirlo tenemos dos opciones, la prueba  error o disponer de un experto que nos asesore permanente sobre cual es la mejor organización.

Hoy en día, organización es tecnología, software y dispositivos, sin perder de vista los objetivos de rentabilidad y eficiencia empresarial que siempre hay que tener presentes. El análisis y la formalización de los procedimientos son, además, la clave del crecimiento al permitir compartir conocimientos y delegar tareas para facilitar que se construya un equipo coordinado.

4. Coordinar la elaboración del presupuesto anual

El presupuesto define nuestros objetivos para el año y es nuestra guía, pero nadie tiene tiempo para hacerlo, ocupados con el día a día. Sin embargo, las empresas empiezan a crecer cuando se ponen metas y las comparten, el presupuesto es más que unos cuantos números, es la plasmación de los retos que la organización se fija y el director financiero suele ser el que coordina y da soporte a su preparación.

5. Darnos “números” sobre extremos diversos de nuestro negocio

Si, todos esos números como, ¿tenemos dinero para contratar un nuevo vendedor?, ¿vamos a la feria de Paris?, ¿subimos el sueldo de la gente de almacén? ¿cambiamos la envasadora? ¿vamos a ver cómo está el tema en Brasil? ¿estará dando pérdida la nueva linea? ¿abrimos delegación en Sevilla? ¿qué hago con el pedido que ha entrado desde Turquía? Los directores financieros sabemos que todos los temas que tengan un número o que nadie más sepa cómo resolver van a caer en nuestra mesa.

6. Ser parte de nuestro equipo directivo

Tener a alguien que se ocupa de obtener y administrar recursos en el equipo directivo hace la vida del CEO mucho más fácil. Si queremos que la empresa crezca, es crítico que la dirección general dedique sus esfuerzos a la estrategia y el core business.

 

Más información sobre por qué contratar a un director financiero externo

Y sobre cómo lo entendemos en EFM

 

 

 

 

 

 

 

THE PLAN COMPANY: Métricas en Social Media

Este es uno de los mejores post sobre métricas que he leído y por eso le pedimos a María Redondo,  que lo compartiera con nosotros. Los indicadores  son especialmente importantes cuando medimos alto tan intangible como la actividad en redes sociales, pero no podemos olvidar que al final el resultado debe acabar en la cuenta de explotación, si queremos tener una gestión económica inteligente. Gracias María.

Llevo varios días leyendo acerca de la forma en que diferentes empresas o consultores utilizan las métricas a la hora de trabajar con redes sociales, y he decidido escribir un post resumen acerca de lo que he estado leyendo y la opinión desde The Plan Company. Escuchando cómo algunas personas han intentado explicar de forma equivocada el uso de las métricas en Social Media a algunos de nuestros clientes más recientes, se hace evidente que muchos de los que ofrecen servicios de Community Management y/o Social Media siguen aún confundidos acerca de las variables que importan a la hora de establecer métricas.

Una cosa es el Marketing Digital y otra el Social Media a la hora de establecer métricas para medir el rendimiento o los resultados de una estrategia, especialmente cuando se trata de las redes sociales como canal estratégico.
Si en tu empresa alguien te ha dicho que lo que hay que medir es el número de seguidores de Twitter, los “me gusta” de Facebook, la tasa de rebote, la tasa de conversión o cualquier otra KPI más cercana a la analítica que a los beneficios, puede que tenga buenas intenciones, pero está claro que no tiene ni idea de lo que realmente importa medir.
Y no decimos que estos indicadores no sean importantes, porque en realidad ayudan a ver la evolución de una estrategia desde un punto de vista cuantitativo, pero aportan muy poco a los resultados que de verdad cuentan cuando una empresa invierte dinero y tiempo en la creación de un Plan de Social Media Marketing.
Así que cada vez que alguien te proponga medir alguna cosa pregúntale antes: “¿Para qué me va a servir eso?” Si alguien te dice que ya llevan 1.000 “me gusta” en una publicación de Facebook. Pregúntale “¿Para qué me sirven?”. La respuesta correcta tendría que ir en función la cantidad de productos que se han podido vender con el enlace que estaba en esa publicación y que luego llevaba a tu canal de e-commerce.
¿Qué se puede medir entonces?

Pedro (@seniormanager) y yo, hemos comentado alguna vez que existen seis indicadores que como por norma general proponemos para medir de forma cualitativa, más allá de las conocidas y populares (y a veces inútiles) métricas cuantitativas.

1.- Volumen de ventas:
Se refiere a un parámetro que nos diga el número de suscripciones que se consiguieron a través de acciones en la Red o que nos demuestre que se vendieron “x” número de unidades o servicios con esas acciones. Es decir, una variable que indique que las personas compran o quieren comprar lo que estás vendiendo y que han llegado a esa decisión por algo que has hecho en redes sociales.
2.- Ingresos y beneficios recurrentes:
Es decir, aunque cuentan las acciones puntuales, lo que importa es que se pueda medir el crecimiento de los beneficios. Una buena forma de relacionar el uso del social media a dichos beneficios es a través del tráfico que las redes sociales aportan al sitio web en donde se desarrolla la venta. Así que lo que hay que medir es la proporción correspondiente y proporcional de dicho tráfico en función de las ventas y del beneficio..
3.- Crecimiento orgánico de clientes potenciales (leads):
Los seguidores de cualquier red social no son realmente leads. Así que lo que hay que medir es cómo crece la base de datos de forma cualitativa, con personas que cumplen con el perfil o perfiles de nuestra audiencia objetivo. Es decir, el dato que importa son las personas que a través de las redes sociales, han sido persuadidos para dejar sus datos en los formularios correspondientes y que cumplen con el perfil que buscamos para realizar acciones posteriores.
4.- Crecimiento del número de clientes (reales):
Es decir, un seguidor más en Twitter no es necesariamente otro cliente. Hay que saber segmentar y enseñar la diferencia. Así que tener más seguidores no sirve de nada si no tenemos más clientes, de los que compran nuestros productos o servicios. Las acciones en social media deben ir enfocadas a crear nuevos clientes, así que la métrica que se necesita es un indicador que mida las acciones de los clientes existentes y de cómo éstos hacen que vengan más clientes.
5.- Fidelización y satisfacción de los clientes:
No se trata sólo de saber si lo que haces en la Red está generando más clientes, sino también poder medir que no estás perdiendo clientes por esas mismas acciones. La retención de clientes a través de las redes sociales es una de las más complicadas de gestionar, debido al factor de cercanía y de comunicación directa implícita en la estrategia. Así que puede que el número de tus seguidores se incremente, pero al mismo tiempo, el de tus clientes se reduzca.
6.- Posicionamiento:
Y no nos referimos al SEO ni al SEM, sino al posicionamiento que se logra de forma orgánica, con las acciones que se llevan a cabo bajo una buena estrategia en redes sociales.
Las personas, a pesar de las recomendaciones, siguen buscando en Google, y si tu producto o servicio no aparece entre los primeros, es muy posible que no consigas ser la opción de compra principal.
Por eso es importante poder encontrar una variable que permita medir el nivel de posicionamiento que la empresa está consiguiendo como resultado del uso de las redes sociales.
¿Ves por qué importa tanto saber escoger qué variables se deben medir?
La clave en todo esto es saber analizar elementos de causa y efecto que impacten en los resultados tangibles de la empresa, y al mismo tiempo determinar cómo el social media y sus acciones fueron decisivos en esos resultados. Ahí es donde encontrarás la verdadera importancia de hacer seguimiento a cualquier métrica en redes sociales.
Medir elementos de conducta de las personas con las que nos relacionamos en redes sociales tiene su relevancia, pero como puedes ver, lo que importa es tener métricas que se enfoquen en el modelo de negocio de la empresa.
Esto no quiere decir que todas las métricas cuantitativas sean inútiles, siempre que se puedan medir en términos de calidad. De hecho existen empresas cuyo modelo de negocio necesita de métricas más centradas en la parte numérica.
Lo importante es dejar de lado los malos entendidos y no dejarse llevar por los que piensan que mucho es mejor en redes sociales, o que ver crecer un número como variable es algo significativo por el sólo hecho de que crece.
La actividad en las redes sociales es tan fácil de medir, que la mayoría lo hace pensando que es lo que importa, cuando lo cierto es que en la mayoría de los casos tiene poco en común con las funciones básicas del negocio de una empresa.
Las redes sociales pueden usarse como canales de marketing, de servicio al cliente, de distribución y como nuevas formas de recolección de datos. Internamente, también se utilizan para compartir información, establecer relaciones y conseguir ciertas metas, pero mucho de esto es intangible, como intangibles son las métricas que los miden. Estos elementos no nos ayudan mucho a la hora de determinar el impacto en los resultados de una empresa.
Cualquier Agencia de Social Media o consultora debería usar la información que se obtiene desde las acciones que se realizan en redes sociales para conseguir objetivos tangibles como pueden ser mayores beneficios, más ingresos, mejores ventas, mayor retención de clientes, y sobre todo, mayor crecimiento orgánico. De hecho, en cada Plan Estratégico de Social media deberían diseñarse métricas de forma exclusiva para cada cliente, para poder reflejar, precisamente, lo que deseamos medir desde el punto de vista del modelo de negocio. ¡Y eso, al final, es lo único que importa al cliente!

Puedes encontrar este y otros artículos en el blog de María Redondo, Socia en The Plan Company

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